¿Cómo cuidar mi autoestima?

Autoestima sana

La psicóloga Raquel Cruz, especializada en autoestima, gestión emocional, mindfulness y trauma, nos explica cómo cuidar la autoestima y nos da herramientas para lograr una autoestima sana. 

Villegas, M. y Mallor P. (2015) definen brevemente el concepto de autoestima como «una actitud proactiva benevolente hacia el ser que es uno mismo». Cultivar una autoestima saludable nos permite respetar nuestra autenticidad, además de construir un lugar seguro en el que poder refugiarnos, descansar, nutrirnos y encontrar un nuevo impulso para movernos. Como dice Nathaniel Branden, la autoestima es una experiencia íntima, y podemos cuidarla explorando distintos caminos:

Autoconocimiento y autoobservación

Si queremos construir una relación sólida con alguien, es necesario que pasemos tiempo con esa persona y nos interesemos por ella. Lo mismo ocurre con nosotras mismas. Darnos tiempo y espacio para observar nuestro diálogo interno, nuestras creencias, valores, preferencias, emociones y sensaciones nos va a permitir contactar con nuestra verdad, allí donde se encuentran nuestras necesidades más genuinas.  Te invito a que puedas reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿qué idea tengo de mí misma?, ¿qué suelo decirme?, ¿cómo suelo afrontar los retos?, ¿cómo me trato cuando las cosas se complican?, ¿soy consciente de mis virtudes y limitaciones?, ¿qué tipo de emociones suelo experimentar con mayor frecuencia?

Autoaceptación y autocompasión

Aceptar nuestra vulnerabilidad e imperfección es imprescindible para que podamos experimentarnos como un refugio seguro para nosotras. Somos fruto de nuestra historia, y si bien no podemos evitar que ciertos pensamientos y sentimientos aparezcan, sí podemos cambiar la relación que tenemos con ellos. Cuando somos capaces de abrirnos a nuestra experiencia tal y cómo es, creamos las condiciones necesarias para aliviar nuestro sufrimiento. Para ello, deberemos ofrecernos apoyo y afecto, así como lo haríamos con alguien a quien queremos, ¿o acaso nosotras merecemos un trato distinto?

Cuando celebramos nuestras virtudes, nos hablamos y tratamos con amabilidad, nuestro cuerpo libera oxitocina, “la hormona del amor y el vínculo”, de modo que si nos comprometemos con esta práctica, con el tiempo iremos experimentando mayores niveles de seguridad, confianza y conexión con los demás. Te invito a que utilices el elogio consciente, no como una forma de afirmación positiva sin fundamento, sino como un reconocimiento genuino de ti misma. Aunque en un inicio te parezca superfluo, con el tiempo irás integrando esta nueva forma de tratarte.

Reconócete cíclica

No podemos olvidar que somos “naturaleza”, pretender sentirnos con energía, alegres y realizadas todo el tiempo es una utopía. Reconocer y respetar nuestros ritmos internos, adecuarnos a nuestros niveles de energía, proveernos de la necesidad de movimiento o descanso y comprender los cambios en nuestras preferencias alimentarias, puede ser todo un reto en una sociedad hiperproductiva. Y aunque no siempre esto va a ser posible, prestar atención a tu propia ciclicidad te permitirá honrar tu totalidad. 

Autorresponsabilidad y asertividad

Cultivar nuestra autoestima es un camino hacia la autonomía personal. Honrarnos a nosotras mismas también va a implicar asumir la responsabilidad de reconocer nuestras debilidades, legitimar nuestras necesidades y defender nuestros propios derechos respetando los de los demás. Cuando expresamos nuestros límites, podemos proteger nuestra integridad, cuidarnos y reforzar la idea de que nuestras necesidades son importantes, y que por lo tanto, somos valiosas.

Apoyo social 

Disponer de una red de apoyo es esencial para afrontar los retos de la vida, sentirnos sostenidas y nutrir emociones agradables. Te invito a que reflexiones: ¿cómo sientes esta área de la vida? Si la respuesta no se adecua a lo que te gustaría o necesitas en este momento, pregúntate: ¿qué necesita de mí esta área de vida?

Revisa metas 

Antes de proponerte una lista interminable de metas por cumplir, te invito a que te concedas una pausa y te preguntes: ¿qué valores quiero que guíen mi vida? Tus respuestas serán una brújula que te indicará el camino a seguir. Recuerda que eres cíclica, por lo tanto, tus metas pueden cambiar o transformarse, por lo que deben ser revisadas siempre y cuando sea necesario. Te invito a que te cuestiones: ¿para qué quiero conseguirlo?, ¿me acerca o me aleja de mi bienestar?, ¿qué me limita?, ¿cuál es riesgo que debo de asumir?, ¿cuáles son los beneficios?, ¿qué acciones alineadas a mis valores puedo llevar a cabo en este momento de mi vida? Cuando nos proponemos metas que están alineadas a nuestros valores y necesidades, y además somos pacientes con nuestro proceso, construimos o reforzamos la sensación de seguridad y autoeficacia personal. 

Cultiva emociones agradables

Nuestro cerebro está evolutivamente diseñado para garantizar nuestra supervivencia, sin embargo, no nos olvidemos de la neuroplasticidad, su maravillosa capacidad para  establecer nuevas conexiones neuronales, aprender y adaptarse. A veces, estamos tan inmersas en cumplir con las obligaciones, que nos olvidamos de saborear la vida a través de actividades placenteras. Te animo a que reflexiones: ¿cuáles son mis fuentes de satisfacción?, ¿cómo puedes activarlas?, ¿con qué frecuencia me gratifico?, ¿cuánto tiempo a la semana le dedico a mi bienestar? Regálate algún tipo de gratificación diaria, utilizando todos o algunos de tus sentidos. Puedes caminar descalza por la hierba, prepararte tu comida favorita, dar un paseo por un lugar agradable… Explora qué acciones coherentes con tus valores te llevan a conectar con el placer. Por último, te invito a que tengas a tu alcance un diario de gratitud, donde puedas reconocer todos los logros diarios y los micro-momentos en los que has experimentado alguna emoción agradable. 

Recuerda que la autoestima puede construirse sobre la base de las pequeñas elecciones diarias. 

Las rosas no caen del cielo como la lluvia. Si queremos más rosas, tenemos que plantar más de ellas” George Eliot

Si quieres aprender más, te recomiendo el curso online de Alicia González que encontrarás aquí.

 

Fuentes:

Villegas Besora, M. y Mallor Plou, P. (2015). Estima ontológica, estima narcicista. Revista de Psicoterapia, 26(100), 3-44.

Neff, Kristin, Sé amable contigo mismo. El arte de la compasión hacia uno mismo, Paidós, Barcelona, 2016.

Branden, Nathaniel, Los seis pilares de la autoestima, Paidós, Barcelona, 2011. 

Psicóloga sanitaria.

Escrito por: Raquel Cruz

¿Y tú qué opinas? Te escuchamos

Promedio de puntuación 4 / 5. Recuento de votos: 2

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Temática: