Esta es una historia de ansiedad. El relato, en primera persona, de una compañera que sufrió mobbing y ansiedad en el trabajo. Una persona que necesitó terapia psicológica para entender qué le pasaba, hacer cambios en su vida y, sobre todo, aprender a gestionar la ansiedad.
“Lo primero que notaba al levantarme era presión en el pecho. Me faltaba el aire, no podía respirar. Me dolía todo el cuerpo y estaba agotada. Prácticamente, no podía dormir, me despertaba un millón de veces a lo largo de la noche y, cuando conseguía conciliar el sueño, a menudo me despertaba con pesadillas, gritando de miedo. Aun así, lo primero que hacía al levantarme era coger el móvil y revisar el mail y el WhatsApp. Ya tenía mensajes de mi jefa. Los contestaba automáticamente y me iba a la ducha.
La ducha era un auténtico infierno. Mi cerebro no desconectaba, mi mente se llenaba de pensamientos frenéticos e intrusivos que me repetían todo lo que tenía que hacer, las mil cosas que me esperaban cuando llegara al trabajo. Me daba miedo hacerlas mal, equivocarme en algo, no llegar a tiempo. Salía de la ducha con una sensación horrible y me costaba concentrarme en lo más básico: secarme, vestirme, ponerme desodorante, arreglarme. Pero lo primero que hacía al salir siempre era lo mismo: cogía el móvil. Revisaba las notificaciones, contestaba a todo lo que tenía que contestar y controlaba que no hubiera ningún incendio, nada superurgente que se tuviese que resolver en ese instante.
Iba a la cocina y, rápidamente, me preparaba un café con leche. Ahí ya empezaba a llorar. Se acercaba la hora y no quería irme. Me bebía mi tacita de café rápidamente – la leche siempre fría, así no tenía que esperar – y, llorando, me iba al cuarto a ponerme los zapatos. Me ponía los zapatos, me ponía el abrigo, cogía la mochila y los auriculares inalámbricos. Mi pareja intentaba tranquilizarme, me daba besos y abrazos. Y yo, llorando, salía de casa.”
Esto que comparto es, como os decía al principio, el relato, en primera persona, de una compañera que sufrió mobbing y ansiedad por culpa del trabajo. Alguien que iba, día tras día, llorando a trabajar. Que vivía con miedo a equivocarse, que prácticamente no dormía porque lo último que hacía antes de irse a dormir era lo mismo que hacía al despertarse: contestar nerviosa los mensajes de su jefa, revisar que durante esas horas no hubiese pasado nada. Porque eso era lo que le pedían cada día: Que no desconectara nunca.
Si quería irse un sábado a la montaña, tenía que avisar que estaría unas horas desconectada. Eso, evidentemente, nunca pasaba. ¿Cómo vas a desconectar cuando tu jefe no desconecta y te obliga a trabajar cada fin de semana? ¿Cómo vas a dormir bien si tu jefe se levanta a las 6 y, día tras día, te acribilla a mensajes y mails?
Si estás así, si este es tu caso, pide ayuda. Desde Alicia González Psicología podemos ayudarte. Tenemos un equipo maravilloso, formado por más de 23 psicólogas, muchas de ellas especializadas en ansiedad, estrés, trastorno de ansiedad generalizada y problemas laborales. Funcionamos de manera 100% online. Para pedir cita solo tienes que ir aquí.